La imitacion es una habilidad esencial en la adquisicion de habilidades comunicativas y del lenguaje. Una primera fase de enseñanza a niños pequeños con autismo para implicarse en respuestas afectivas apropiadas puede ser enseñar a imitar modelos faciales. Se utilizo un diseño de linea base multiple a traves de los participantes, se introdujo un entrenamiento en imitacion (que consistia en presentar un modelo, dar ayudas, aplicar reforzamiento diferencial y dar correccion) a traves de los 3 participantes. En la linea base se observaron tasas bajas e incoherentes de imitacion facial. Todos los participantes aprendieron a imitar alguno de los modelos faciales presentados durante el entrenamiento en imitacion, pero solo dos de los tres participantes mostraron la respuesta de generalizacion a traves de los estimulos.





En algunas ocasiones los niños con autismo muestran un deficit especifico en el desarrollo del repertorio imitativo (Rogers, 1999; Smith & Bryson, 1994). Un deficit en la imitacion supone problemas para la adquisicion del lenguaje, la comunicacion, y las habilidades sociales a traves de la observacion de modelos sociales. Este deficit imitativo puede contribuir a las alteraciones en el uso y la discriminacion de las formas no vocales de comunicacion como las expresiones faciales. Para complicar las cosas, la imitacion generalizada puede ser restringida a una respuesta similar topograficamente o a una clase de estimulos (Poulson, 2003). Aprender un repertorio de imitacion generalizada para respuestas verbales no implica una respuesta de imitacion en presencia de otros modelos como motricidad gruesa y fina, gestos de la cara, jugar con juguetes (Young, Krantz, McClannahan & Poulson, 1994).



Muchos estudios han utilizado los modelos como medio para enseñar lenguaje, comunicacion afectiva, y habilidades sociales a niños con autismo, a pesar de que su repertorio imitativo no estaba completamente desarrollado (Buffington, Krantz, McClannahan & Poulson, 1998; Gena, Krantz, McClannahan & Poulson, 1996), y algunos investigadores han considerado la imitacion como una habilidad pre-requisita para enseñar respuestas mas complejas como el lenguaje espontaneo (Ingenmey y Van Houten, 1991).



Gena y col. (1996) utilizaron la presentacion de modelos, el reforzamiento y las ayudas verbales para enseñar a adolescentes con autismo a implicarse en manifestaciones afectivas verbales y no verbales cuando se presentaba un estimulo discriminativo verbal y no verbal. Aunque los participantes aprendieron a mostrar una respuesta afectiva apropiada durante el entrenamiento y los ensayos de la prueba de generalizacion, los autores observaron que el participante no imitaba los modelos faciales durante la linea base. Por otra parte, Gena, Couloura, y Kymissis (2005) declararon que, aunque el procedimiento de modelado en vivo utilizado por Gena y col. (1996) fue efectivo para enseñar respuestas afectivas apropiadas, “aplicarlo con coherencia era un procedimiento agotador y dificil para los terapeutas” (p. 547). Tambien indico que la configuracion de la muestra facial requiere mas entrenamiento que la enseñanza de la discriminacion del contexto para cada escenario. Esta dificultad puede haberse debido a la complejidad del modelo, el cual incluia la presentacion de un estimulo verbal y facial en diversos contextos sociales. El entrenamiento y la generalizacion del repertorio imitativo de modelos faciales puede por si solo mejorar esta dificultad y servir como un requisito previo para el posterior entrenamiento afectivo. De estos estudios de investigacion surgen dos preguntas experimentales: (a) ¿Pueden los niños con autismo mostrar imitacion generalizada de modelos faciales? (b) ¿Puede la generalizacion de un repertorio de imitaciones faciales facilitar la adquisicion de las complejas respuestas afectivas? El presente estudio intento ampliar la investigacion de Gena y col. (1996) abordando la primera de estas dos cuestiones.



METODO



Situacion y participantes



Participaron niños con autismo de entre 3 y 6 años de edad (Bobby, Mark, y Josh). Todos habian sido estudiantes del Institute for Educational Achievement de 6 a 24 meses. Todos tenian algunas respuestas de imitacion motora gruesa y respondian a un sistema de economia de fichas. Los participantes mostraba reacciones afectivas inapropiadas cuando se enfrentaban con diversas expresiones faciales (por ejemplo, llorar o mostrar una expresion facial triste cuando otros les sonreian, reirse cuando otros lloraban).



Variable dependiente, definicion de respuesta y tratamiento



La variable dependiente fue la imitacion de los modelos faciales durante 2 segundos dentro de los 5 segundos tras la presentacion del modelo. Las respuestas se midieron como el porcentaje de ensayos en los cuales el participante se implicaba en la respuesta facial que se emparejaba con el modelo facial. La definicion de respuesta para las respuestas faciales fue desarrollada utilizando imagenes de libros de texto de psicologia del desarrollo. Se consideraba una sonrisa cuando las esquinas de la boca apuntaban hacia arriba. Ceño fruncido, las comisuras de la boca apuntaban hacia abajo, con el labio inferior sobresaliendo, y las cejas arrugadas hacia abajo. Cara de sorpresa, la boca y los ojos se muestran muy abiertos. Cara de enfado, los labios aparecen fruncidos, los ojos entrecerrados y las cejas arrugadas hacia abajo.



Hubo 16 ensayos por sesion, cada uno de los cuatro modelos faciales se presentaba 4 veces dentro de una sesion. Durante las sesiones de tratamiento, el investigador presentaba 12 ensayos de entrenamiento en orden aleatorio y tambien intercalaba cuatro ensayos de la prueba de generalizacion. Durante los ensayos de entrenamiento, el entrenamiento de la imitacion se realizo tal y como se describe a continuacion. Uno de los cuatro modelos faciales (enfado) fue elegido como estimulo de las pruebas de generalizacion del estudio para todos los participantes.



Procedimiento



Las sesiones de tratamiento fueron llevadas a cabo durante 5 dias a la semana en una clase desconocida para los niños. Durante todas las condiciones experimentales, el investigador esperaba 3 segundos a que el participante estableciera contacto ocular con el antes de iniciar el modelo de la expresion facial. Si el participante no miraba al instructor, este le daba la instruccion “Mirame”. El investigador modelaba la expresion durante 5 segundos.



Linea Base. Durante la linea base el investigador simplemente modelaba la expresion facial, no habia diferencias de procedimiento entre los ensayos de entrenamiento y de prueba.



Entrenamiento en imitacion. El entrenamiento en imitacion consistia en la presentacion de un modelo, ayudas, reforzamiento diferencial con fichas y correccion. Se eligio una jerarquia de ayudas de menos a mas porque la correccion dependia del componente de la expresion facial que el participante habia fallado.



Una respuesta correcta tenia lugar cuando el participante respondia con una expresion facial que era igual en todos sus componentes a la del modelo facial. Cuando se producia una respuesta correcta en presencia del modelo facial, cuando este se presentaba por primera vez, el investigador tenia un comportamiento de elogio especifico (por ejemplo, “Buena sonrisa”) y reforzaba con una ficha. Las fichas nunca se entregaron en las correcciones, y solo los modelos faciales que eran imitados correctamente despues de su presentacion inicial eran puntuados como correctos. A lo largo de la sesion, cada vez que el participante ganaba tres fichas, estas eran canjeadas por un snack.



Si el participante no imitaba a la primera el modelo facial dentro de los 5 segundos tras su presentacion, se consideraba una respuesta incorrecta. El investigador decia, “Haz esto” y repetia el modelo de la expresion facial durante otros 5 segundos. Si el participante imitaba correctamente el modelo facial, el investigados decia, “Bueno, estas sonriendo”, terminaba el ensayo y presentaba el siguiente modelo facial. No se proporcionaban fichas como reforzador. Si el participante continuaba sin imitar el modelo facial con la instruccion, el investigador volvia a decir, “Haz esto” y modelaba dos movimientos faciales topograficamente relacionados con la respuesta objetivo (por ejemplo, abrir y cerrar repetidamente su boca y sus ojos). Si el participante imitaba correctamente los movimientos, el modelo facial se presentaba de nuevo inmediatamente. Si el participante no imitaba los movimientos, el investigador aplicaba las ayudas fisicas necesarias (por ejemplo, utilizaba dos dedos para elevar las comisuras de la boca). Si imitaba el modelo facial correctamente, el investigador le elogiaba y el ensayo se daba por concluido.



Si el participante todavia no imitaba correctamente la expresion facial despues del segundo procedimiento de correccion con la secuencia de imitacion motora, el investigador aplicaba las ayudas fisicas y decia, “Esto es sonreir”. Entonces el ensayo se daba por terminado, y el investigador esperaba 5 segundos antes de presentar el siguiente modelo facial.



Diseño experimental. Se diseño una linea base multiple a traves de los participantes para evaluar los efectos del entrenamiento en la imitacion de los modelos faciales.



Acuerdo entre observadores



El acuerdo entre observadores calculo el porcentaje de ensayos en los que la respuesta facial coincidia con el modelo facial dividiendo el numero de acuerdos entre los desacuerdos mas los acuerdos y multiplicando por 100%. Durante la linea base, la media de acuerdos fue del 100% para Mark, del 98% para Bobby (rango, 88% a 100%), y del 93% para Josh (rango, 88% a 100%). Durante las sesiones de tratamiento, la media de acuerdos fue del 82% para Mark (rango, 69% a 94%), del 91% para Bobby (rango, 69% a 100%) y del 90% para Josh (rango, 88% a 100%)



RESULTADOS Y DISCUSIÓN



La Figura 1 muestra el porcentaje de ensayos por sesion de entrenamiento y de las pruebas de generalizacion en los cuales Bobby, Mark, y Josh imitaron correctamente el modelo facial. Mark y Josh muestraron algunas respuestas de imitacion durante la linea base. El porcentaje de respuestas faciales que eran iguales al modelo facial durante los ensayos de entrenamiento incremento del 80% al 90% para los tres participantes una vez que se introdujo el tratamiento.






Figura 1. Porcentaje de los ensayos en los que Mark, Bobby, y Josh dan una respuesta facial que coincide con el modelo de la cara durante la linea base y el tratamiento para las pruebas de capacitacion (circulos llenos) y las pruebnas generales (circulos abiertos).




Los participantes no imitaron los modelos de la prueba de generalizacion durante la linea base. Mark y Josh mostraron generalizacion a traves de los estimulos, tal y como indica el incremento de sus respuestas durante el tratamiento para generalizar los estimulos de prueba. Bobby mostro una respuesta inconsistente en los ensayos de la prueba de generalizacion. Sin embargo, se puede concluir que las expresiones faciales sirven como estimulos discriminativos para las respuestas de imitacion, porque el reforzamiento nunca se aplicaba en las correcciones y era contingente a las respuestas correctas solo en presencia del modelo facial. Para nuestro conocimiento, no ha habido investigaciones que demuestren la imitacion generalizada dentro de una clase de estimulos de expresiones faciales. Sin embargo, las conclusiones con respecto a la imitacion generalizada en este estudio deben elaborarse con cautela, teniendo en cuenta que la prueba de generalizacion se limito a un estimulo. Aunque la imitacion generalizada ha sido claramente definida como una conducta que es topograficamente similar al modelo y que nunca ha sido reforzada (Baer & Sherman, 1964), la investigacion anterior ha sido imprecisa con respecto a la proporcion optima de entrenamiento necesaria para probar un estimulo y demostrar imitacion generalizada.



Es importante señalar que la imitacion de las expresiones faciales no es un punto y final, pero puede ser una importante pre-requisita para el entrenamiento afectivo mas complejo (Burgess, Burgess, & Esveldt, 1970). La investigacion futura en esta area puede basarse en las limitaciones de este estudio para identificar el numero de ejemplares necesarios para promover la imitacion generalizada de modelos faciales, asi como el numero de estimulos de prueba que podrian demostrar la generalizacion de la imitacion. Por otra parte, futuros estudios deberian evaluar el grado en que la generalizacion de la imitacion de modelos faciales facilita la adquisicion de habilidades mas complejas de formacion afectiva.



Traduccion al Español realizada por



Carmen Rodriguez Suarez-Valgrande y Catherine Mallada Rodriguez



CENEA (Centro de Enseñanza Especial Avanzada)



REFERENCIAS



Baer, D. M., & Sherman, J. A. (1964). Reinforcement control of generalized imitation in Young children. Journal of Experimental Child Psychology, 1, 37–49.



Buffington, D. M., Krantz, P. J., McClannahan, L. E., & Poulson, C. L. (1998). Procedures for teaching appropriate gestural communication to children with autism. Journal of Autism and Developmental Disorders, 28, 535–545.



Burgess, R. L., Burgess, J. M., & Esveldt, K. C. (1970). An analysis of generalized imitation. Journal of Applied Behavior Analysis, 3, 39–46.



Gena, A., Couloura, S., & Kymissis, E. (2005). Modifying the affective behavior of preschoolers with autism using in-vivo or video modeling and reinforcement contingencies. Journal of Autism and Developmental Disorders, 35, 545–556.



Gena, A., Krantz, P. A., McClannahan, L. E., & Poulson, C. L. (1996). Training and generalization of affective behavior displayed by youth with autism. Journal of Applied Behavior Analysis, 29, 291–304.



Igenmey, R., & Van Houten, R. (1991). Using time delay to promote spontaneous speech in an autistic child. Journal of Applied Behavior Analysis, 24, 591–596.



Poulson, C. L. (2003). Generalized imitation: An empirical and conceptual analysis. In K. S. Budd & T. Stokes (Eds.), A small matter of proof: The legacy of Donald M. Baer (pp. 101–112). Reno, NV: Context Press.



Rogers, S. J. (1999). An examination of the imitation deficit in autism. In J. Nadel & G. Butterworth (Eds.), Imitation in infancy (pp. 254–283). Cambridge: Cambridge University Press.



Smith, I. M., & Bryson, S. E. (1994). Imitation and action in autism: A critical review. Psychological Bulletin, 116, 259–273.



Young, J. M., Krantz, P. J., McClannahan, L. E., & Poulson, C. L. (1994). Generalized imitation and response-class formation in children with autism. Journal of Applied Behavior Analysis, 27, 685–697.